Han pasado 65 años, 560 mil millones de ladrillos, 83 temas, 90 tiendas, 53 videojuegos, una línea de ropa pret-a-porter, un parque de atracciones y algo conocido como BrickCon desde que nació LEGO y solamente ahora que llevan a la pantalla grande este juguete omnipresente. Y si bien hubiésemos pensado que este juguete con tantas encarnaciones ya habría conseguido ser llevado a ser la súper estrella de una película Lego. Pero bueno, la verdad es que era necesario esperar para que se materializara la película Lego que merece el público. Pese a tantas expectativas, “The Lego Movie” no anda tras las bromas y risas. No se trata de ganar dinero a cuenta de un producto conocido sin otro objetivo que no fuese diversión frugal. Pero resulta que al cabo de poco tiempo se dará cuenta que la película se trata de una historia sobre los juguetes Lego. La película trata el tema de la lucha tacita que enfrentan los jóvenes constructores – escoger entre seguir las instrucciones de construcción o dar plena libertad a su imaginación— y el valor encerrado en cada una de estas opciones.
A decir verdad The Lego Movie va más allá de los límites del tapete verde para contar la historia de los jóvenes y niños que juegan con piezas Lego y que se descubren a si mismos gracias a este juguete maravilloso. Si bien la búsqueda con toques de fantasía de un hombre ordinario llamado Emmet (Chris Pratt, cuyo entusiasmo pudieran ya conocer por su trabajo en la serie televisiva “Parks and Rec” no permite que su físico de materia plástica sea un factor limitativo) es rápidamente transportado más allá de su estilo de vida confortable gracias a las profecías, las sociedades secretas, misiones entre distintos mundos y planes nefastos por destruir el universo, la película se da a la tarea de indagar en una verdad fundamental : ser s mismo no es solamente algo bueno sino que es de una importancia primordial. Pero el mensaje profundo y sensible no le quita a nadie la diversión y encanto que disfruta al ver “The Lego Movie”. Más bien al revés, pudiera ser la película de animación más tonta que hayamos visto en los cines en mucho tiempo.
Desde la primera escena “The Lego Movie” es un tanto frenética en su tono cómico. Las bromas fuertes del equipo guionista/director formado por Phil Lord y Christopher Miller (también encargados con “Cloudy with a Chance of Meatballs” y también “21 Jump Street”) son tratadas con una excelencia bienvenida por los actores quienes le dan vida a estos juguetes con sus voces — Elizabeth Banks, Morgan Freeman, Will Ferrell, entre tantos más. Liam Neeson es la voz que le da vida al policía amenazador y amerita ser nombrado “personaje de mayor valor” por su trabajo. No cabe duda del gran valor agregado proveniente de un buen puñado de personajes secundarios - como Nick Offerman y Charlie Day que contribuyen a nuestras carcajadas felices. La comedia es fresca y no se pliega a las exigencias y continua a ser propagada continuamente de manera que si una broma no es tan cómica ya le llega otra mejor al instante.
La película hace un trabajo estupendo en cuanto al manejo del mensaje transmitido a lo largo de la película. Entendemos muy bien que la creatividad en el juego que define cada uno de los jugadores constructores brinda giros sorprendentes que serán muy bien recibidos por todo joven que esté luchando con el miedo a la individualidad como también cualquier adulto que alguna vez haya atravesado por esa transición a veces difícil.