Hay largometrajes animados — las obras melancólicas de Hayao Miyazaki, las solemnes y estoicas “Aventuras de Tintín”, la mortalmente horrible “Polar Express” — y luego tenemos las películas de tiras animadas. Personajes estrambóticos, estrafalarios, incitando la revuelta y que tienen tropiezos inimaginables que ningún otro humano podría ni siquiera imaginar. Esencialmente, “Despicable Me 2” es una carta de amor a las películas animadas voraces y con un toque de locura feliz.
Y para un gran número de cinéfilos estos será suficiente. Los personajes dotados de una anatomía un poco extraña que rebotan en un universo de trampolines donde la risa jamás es interrumpida para cerciorar que jamás dejemos de reír y así mantener nuestro interés de manera imperturbable. Al transformar una broma incesante en un espectáculo visual, cada movimiento en «Despicable Me 2» se vuelve un chiste delicioso. ¡Y hay que reconocer que nueve de cada diez son exitosos!
Pero el encanto y la alegría no se detienen allí, y eso es realmente una pena y también es sorprendente considerando que el largometraje original fue tan enternecedor. Aunque el infame de Gru (Steve Carell) haya logrado cambiar su manera de ver la vida durante su participación en el primer largometraje gracias al sentimiento que despiertan en el las tres chicas huérfanas, ahora en la continuación encontramos nuevamente al personaje, pero ahora totalmente transformado y decidido a emprender una aventura mucho menos interesante: encontrar una novia. Gru lo hace no solamente para sobreponerse a las inseguridades de su infancia pero también para aplacar las inseguridades de la más joven de sus hijas, Agnes (Elsie Kate Fisher), que tiene la idea que la vida “no es completa” sin una madre.
Y es así que Gru forma equipo con Lucy, (Kristen Wiig) un agente secreto que ambiciona convertirse en una superhéroe, para seguir una misión dirigida a eliminar al autor de una intriga maliciosa para dominar al mundo. Gru anda a tientas en exprimir sus sentimientos hacia Lucy, y ella se muestra tan confundida como él; y todo esto ocurre mientras bajos sus narices un complot abominable está en pleno desarrollo. Algunas escenas enternecedoras de esta nueva película captan toda nuestra atención pero esto largometraje no tiene el mismo impacto que la primera así que la derrota viene dada por su propia buena reputación: es del todo imposible que una historia de amor poco convincente pueda igualar el triunfo alcanzado por la ternura de la historia de “Despicable Me”.
Así que el mayor atractivo de este nuevo capítulo son las bromas. Al hacer que todo gire en torno a los Miniones, esta nueva historia parece saber lo que hace al capitalizar en el amor universal que existe por la tradición de la comedia de tipo “slapstick”. Aquellos quienes se deleitan nostálgicamente con todo lo que evoca la ya casi desaparecida de la comedia física en las películas animadas estarán encantados al saber que “Despicable Me 2” retoma interés en esta tradición. Pero para quienes estén en búsqueda de sentimientos más dulces y cariñosos tendrán que conformarse con distraerse mirando a estas criaturas verdes y conversadoras. Son muy tiernos – de verdad que sí lo son – pero eso es todo.