Los niños encantados con el humor extravagante de “Cloudy With a Chance of Meatballs”, un largometraje de animación digital inspirada en un libro para niños que explora un escenario hipotético donde las nubes vierten alimentos preparados sobre una pequeña aldea, van a estar aún más contentos con Cloudy With a Chance of Meatballs 2, cuyo humor descabellado alcanza un nivel mas marcado. Pero los adultos que conocieron la encantadora relación romántica entre el inventor torpe Flint Lockwood (voz de Bill Hader), que creó las increíbles perturbaciones meteorológicas, y la meteoróloga aspirante Sam Sparks (Anna Faris), enamorada de él, pudieran quedar un poco insatisfechos.
En este nuevo capítulo Flint y Sam regresan a casa para ocuparse de una misión de limpieza. Varios de los personajes de la película anterior regresan para unirse a ellos en esta labor incluido entre ellos el papá de Flint (James Caan), quien es además pescador, Brent (Andy Samberg) el antiguo enemigo de Flint que se ha convertido en su amigo, Manny (Benjamin Bratt), el inflexible camarógrafo guatemalteca de Sam, Steve (Neil Patrick Harris), el mono de Flint que además es su asistente de laboratorio y Earl (Terry Crews, que reemplaza a Mr. T), el policía fornido. Flint acepta la misión para impresionar a su ídolo, el científico Chester V (Will Forte), quien es el director de renombre de Live Corp, una sociedad que produce barras de alimentos preparados y que tiene un gran interés en los desperdicios alimenticios.
Hay un toque retórico que resulta familiar que intenta esconder la codicia detrás de las acciones de Chester, un falso hippie (para saludar a las personas él dice Namasté). La sede social de Live Corp se inspira del centro de trabajo y diversión imaginado por Google, y su ambiente está impregnado de discursos del jefe de la empresa que hacen recordar a Steve Jobs, y que utiliza principalmente hologramas para interactuar socialmente. Bien entendido que algo abominable merodea bajo la superficie. Es un golpe bajo dirigido a la empresa Apple y su supuesto uso de fabricas de miseria en China donde se fabrican los célebres teléfonos iPhone tan codiciados por los consumidores occidentales.
Pero la misión se ve comprometida cuando Flint y sus compañeros se convierten en ecologistas debido al aspecto irresistiblemente llamativo de los alimentos, que se transforman en criaturas mitad animal mitad alimento (hay tacos-cocodrilos, camarones chimpancés, papas hipopótamos, arañas queso y otros alimentos extravagantes). La película no despierta los mismos sentimientos albergados en el corazón del primer largometraje Cloudy With a Chance of Meatballs, pero sí transmite algunos mensajes tanto abiertamente (¡cuando se abogue a seguir sus sueños no por ello abandone a sus amigos!) como de manera sutil (¡no se deje llevar por la tentación de convertirse en un consumidor excesivo!).
La película pudiera parecer dispareja ya que las personas tienen oportunidades muy limitadas para hacerse valer luego de la primera introducción en la película, donde se van conociendo entre ellos y explican su forma de comportarse. Puede haber quienes se entristezcan al ver que Phil Lord y Chris Miller han sido reemplazados por los novatos Cody Cameron y Kris Pearn. Y no preste mucha atención a los créditos al final del largometraje que hace mención de los escritores originales, de los primeros directores y de tres guionistas más. Pese a los efectos especiales 3D la sensación es muchas veces el de verse ante un solo plano monótono en “Cloudy With a Chance of Meatballs 2”. Quizá se deba al diseño demasiado simplista de las criaturas mitad animales mitad alimentos al centro de la historia, o quizás la ausencia de la dinámica entre los personajes que forman el grupo de amigos. Pero ultimadamente este largometraje que se dirige a un público bien joven es bien agradable y encantará a todos quienes les haya gustado las absurdidades de la primera película y quieran ver más de esas situaciones descabelladas.