Qué lamentable ironía ver como el género de cine que más depende del efecto choc sea la que ofrezca cada vez las opciones cada vez menos sorprendentes del mercado. La mayoría de las películas de miedo fallan en el departamento de la originalidad. Así que es un desencanto mayor ver como un largometraje que sí tiene material venerable lo ponga de lado para darle preferencia a la misma melodía de siempre. “The Conjuring,” culpable de cometer dicho crimen, ni siquiera se ha dignado en reconocer que el equipo de exorcistas es de los más regios posible: un experto cazador de fantasmas con tendencias espirituales, Ed Warren (Patrick Wilson) y su esposa Lorraine, cuenta con aún más experiencia al verse frecuentemente atormentada por fantasmas (Vera Farmiga), su asistente enérgico Drew (Shannon Kook), y un hombre de la ley más bien incrédulo que se prepara para acompañarlos en esta tarea — abolir el mal que aterroriza la casa de la familia Perron. ¡Pero la peor pesadilla que infesta la historia es la propia familia Perron!
Aunque la mayor parte de las escenas dedicadas al equipo de cazadores de espíritus son atormentadores, de gran emotividad, divertidas y sencillamente interesantes (el punto culminante de la película es un montaje sombrío y macabro mostrando a estos cuatro personajes en su rutina tratando de lograr traer la paz a esta residencia), el largometraje enfoca buena parte de su tiempo a los civiles espantados, Roger (Ron Livingson) y Cynthia (Lili Taylor) y el gran número de hijas de los dos.
Sin embargo hay que reconocer que la familia Perron añade una dosis de encanto, gracias principalmente a los actores más jóvenes — y por si no se había enterado, Joey King ya está en el buen camino para llegar a la cima, y la luz que aporta a los momentos menos interesantes de “The Conjuring” intensificara esta noción. Pero aparte de los aspectos que unen a esta familia los Perron pasan casi toda el tiempo haciendo expresiones faciales de sorpresa.
En pocas palabras no se trata de una película que no pueda encontrar en otro lugar …(el menú de Netflix quizás?) Entretanto, la dinámica más bien intrigante del equipo profesional contratado para hacer desvanecer las pesadillas de esta familia se olvidan al ser puestas a un lado.
Pero, ¿saben qué? Quizá esto ni siquiera sea un problema. Existe una muy buena razón para que este tipo de películas de miedo sea como una gran línea de ensamblaje y es sencillamente porque funciona. Los cinéfilos buscan algo particular de sus películas de miedo y esto hay que incluirlo en toda película de este género. Así que para quienes no busquen más que unos brincos por susto y imágenes obsesionadas, “The Conjuring” debería satisfacer. Reconozcamos de una vez por todas que nada eriza más la piel que una extraña muñeca. Pero si eres un apasionado del género de horror siempre en busca de algo innovador, pudiera que se lleve una buena sorpresa. Pero no en el buen sentido de la palabra.