Durante una buena parte de cada episodio de la serie televisiva “Rocky and Bullwinkle”, el alce y la ardilla se entregaban a sus andanzas altamente conceptuales para satirizar la geopolítica, los largometrajes contemporáneos y la esencia misma de la condición humana. Con todos estos elementos a la mano no hay excusa para no haber ya hecho una buena adaptación del dúo y sus enemigos soviéticos. Pero el ingenioso Mr. Peabody y su hijo devoto Sherman forman ahora parte de una historia totalmente diferente, entrecortada por segmentos de “Rocky and Bullwinkle” para instruir a los niños a través de breves lecciones de historia incorporando una cantidad casi mortal de juegos de palabras. Las historias y relación de ellos eran mucho más sencillas lo cual significa que trasladar al dúo a la pantalla grande exige una buena cantidad de creatividad, une aventura que vibre de aventura con riesgos al trabajar con un material tan precioso.
En conjunto, "Mr. Peabody & Sherman" maneja ágilmente la renovación de sus héroes para que afloren las emociones en esta relación padre-hijo muy particular y la expresión de las dificultades relacionadas con la adopción homo-parental en una sociedad que juzga que un perro, pese a su alto nivel de inteligencia no pueda ser un padre adecuado. La intriga central gira en torno a una cena organizada por Peabody y cuyo objetivo es de demostrar que el es un padre correcto. Entre los invitados figuran la escéptica agente de servicios de asistencia a los niños y los padres de la joven que tuvo un pequeño altercado en la escuela con Sherman, 7 años. Claro que la máquina para viajar en el tiempo entra en escena cuando los dos jóvenes deciden irse de paseo solos, lo cual obligará a Peabody a volar al rescate.
Pero más resonante que aquellos aspectos más antiguos es la forma en que son tratados estos elementos y es este el gancho más atractivo para los admiradores puristas de Peabody y Sherman. El dúo viajara al pasado en la máquina del tiempo llamada WABAC para visitar el Egipto de la antigüedad, la guerra de Troya y Francia en el siglo 18, y a la vez brinda datos sobre la cultura y la importancia histórica de los lugares y los personajes que encuentran añadiendo siempre una nota de irreverencia siempre presente en los dibujos animados (pero los rastros de racismo fueron totalmente eliminados). ¡Y no olvidemos los juegos de palabras! Mr. Peabody & Sherman encierra una verdadera mina de oro con sus juegos de palabras que pueden ser considerados entre los peores pero también más contundentes de toda la historia del cine contemporáneo. ¡Prepárese para disfrutar de un esfuerzo de alto valor de entretenimiento!
En el último acto la película opta por sumergirse excesivamente en los viajes por el tiempo dejando de lado la base de mayor emotividad de la historia. La película pierde su impulso en el último acto cuando se lanza excesivamente en los viajes por el tiempo dejando de lado el pilar más emocional de la historia. Y por ende aquella estructura inicial fundamental del largometraje no logra satisfacer nuestras expectativas – como amantes de los largometrajes de animación para toda la familia. Por esta razón la película crea la impresión de una obra incompleta.
Pero desde una perspectiva integral la película es inteligente, compasiva, razonablemente educativa y a veces divertida, incluso si no está a la altura de este tesoro querido del pasado. Pero ya que no tenemos una maquina de tiempo que nos traslade al pasado para volver a la época de los dibujos animados originales de Peabody et Sherman tendremos que acomodarnos a lo que se propone aquí. A falta de otra opción la película vale por lo menos la pena para saborear los juegos de palabras.