Durante mucho tiempo se sabía que Pixar era la cena y DreamWorks, el postre. Pixar era como la comida para calmar el hambre: animación que exige una digestión seria, con ritmos bastante emotivos y personajes profundos que cubren la obra con una textura inexistente en otras películas de animación. No se trata de aspectos visuales excepcionales y referencias a la cultura pop lanzadas sobre la pantalla sino des historias armadas con mucho cuidado. DreamWorks, por otra parte, era la pequeña delicia que viene después de la cena: algo más azucarado, pero no de gran substancia. Pero con “How to Train your Dragon” todo cambió para esta empresa. Luego de platillos con obras “Shrek”, “Madagascar” y otros filmes, de repente DreamWorks servía platillos de langosta.
Y era excelente. El primer Dragón fue una revelación para el estudio. Las escenas aéreas justificaban los recargos por el 3D, pero los latidos de corazón de la película apuntaban a una relación calurosa entre un chico y su dragón, de una fuerte resonancia y completamente realizada. Y ahora tenemos un nuevo capítulo, casi a la altura del primer capítulo. Para la mayoría de la duración “How to Train Your Dragon 2” es una delicia. Sólo los últimos bocados tienen un sabor menos delicioso.
Han pasado cinco años desde nuestra última visita a los barrancos de Berk, y las cosas han cambiado para mejor. Los humanos y los dragones cohabitan en paz. Hipo (Jay Baruchel) tiene 20 años, con algunos restos de barba en el mentón. Su padre Estoico (Gerald Butler) prepara su heredero para ocupar el trono pero Hipo prefiere pasar su tiempo en las nubes con Desdentado para descubrir sitios en la Tierra que antes estaban fuera de su alcance. Sus viajes le permiten cruzar el camino de Drago Bloodsport (con ese nombre se debe creer que es uno de los malos) con la voz de Djimon Hounsou (sí, ya estamos convencidos de que es de los malos), un hombre que quiere establecer un ejército de dragones… para no mencionar un misterioso jinete de dragón cuya identidad fue revelada por uno de los tráileres, pero nosotros no compartiremos este secreto.
Berk y los dominios de los alrededores en esta tierra de fantasía nórdica son nuevamente realizados con una gran riqueza y ofrece un telón de fondo para las escenas aéreas que son hasta más kinésicas y grandiosas que en la original. El enlace entre Hipo y Desdentado se hace sentir cada segundo que el dúo vuela por los aires para dar a las escenas de acción de la película una sensación más completa. La relación naciente de Hipo con su padre – que por cierto se le hace difícil entender por qué su hijo está tan entusiasmado con estos vuelos – le brinda un aspecto más profundo de lo que hemos visto en otros largometrajes de animación este año.
Es casi perfecta pero la película no se ganará ninguna estrella de oro. Buena parte de la película es abruptamente neutralizada por la conclusión, lo cual es prueba de que el ADN de una película exitosa se halla en sus células. La historia personal de Harold termina perdiéndose entre la mezcla de elementos mientras que la película es relegada a un tercer acto explosivo y estereotipado donde hay más dragones que alma. Habría que decir que la película se esfuerza por transformarse en algo mejor y con más matices pero jamás alcanza a sobreponerse a su propia genética. Lo innato gana sobre lo adquirido.
Es una lástima pero no grave. Pese el final decepcionante de “How to Train Your Dragon 2” es tan encantador como irresistible. Las relaciones en el corazón de la historia son tan conmovedoras y la aventura encierra una fuerza que se sostiene a lo largo del largometraje. Si bien el aterrizaje no es perfecto el vuelo fue de todas maneras muy agradable.