Casi todas las escenas de Kevin Hart en “Ride Along” incluyen algún chiste que arduamente trata de surgir del actor cómico de pequeña estatura física pero de carácter bribón. Kevin Hart con su pequeña estatura – de la misma índole que Jack Black — que incorpora una energía nuclear con sus contorsiones faciales, explosiones anatómicas y la entrega de cada chiste en general. Lástima que el material que le entregaron no viene envuelto de una energía parecida.
Tristemente “Ride Along” no tiene absolutamente ningún otro esfuerzo por realizar una buena labor. Ni siquiera el guión, que gira en torno a una historia sin vitalidad y comedia perezosa, ni su socio en la pantalla Ice Cube, que al parecer fue instruido por el director para que no olvide que debe tener cara de molesto y siempre hacer ver que supera la altura física de Kevin Hart.
Pero el guión establece un dúo – el astuto y demasiado diligente agente de seguridad en una escuela secundaria y adicto a los juegos de video Ben (Kevin Hart) junto con un detective llamado James (Ice Cube) para emprender una aventura durante la cual Ben tratará de convencer a James que él merece poder casarse con la menor de sus hermanas. A decir verdad, él no se lo merece. Ben no se esfuerza por aprender los distintos aspectos del oficio. Ellos definitivamente no son buenos policías... pero, a la hora de la verdad, se trata de una comedia. Pero entonces si se trata de una comedia ¿por qué no escuchamos risas?
Sí hay risas pero… son difíciles de localizar. En un largometraje basado en un humor amplio resulta ser que la comedia de menor escala es más exitosa. Los titubeos y murmullos de Kevin Hart en un segundo plano, sus textos emocionales a su novia Angela (Tika Sumpter, que parece haber sido instruida para que no dejara de sonreír y que usara pocas vestimentas), y el actor secundario John Leguizamo que no cesa de usar repetidamente la palabra “weird”.
La estructura del guión es un desastre total. “Ride Along” gasta demasiado tiempo en establecer las bases del largometraje – y bueno, es comprensible, ya que Hart y su futuro cuñado no simpatizan mucho— y también demasiado tiempo para concluir la historia— hay una escena gigantesca muy dramática que sería el punto culminante de un largometraje normal. Pero en el caso de este hay que esperar aun un rato largo – sin que tengamos en el medio algo que nos dé la impresión de ser una película.