Para una carrera dedicada a la construcción de mundos místicos como los que vimos en “Princess Mononoke”, “Kiki's Delivery Service y “Spirited Away » pudiera parecer algo extraño que al ser anunciada como su última película se haya escogido una historia verdadera y más precisamente la vida del famoso ingeniero aeronáutico Jiro Hirokishi. A pesar de la ausencia de las criaturas voladoras por los cielos de Tokio con un parecido impresionante con la ciudad real en el siglo 20, pero esto no significa que usted no será deslumbrado por “The Wind Rises”. De hecho este último largometraje de Miyazaki bien pudiera ser su obra más inspiradora a la fecha y es sin duda la más personalizada de todas. A decir verdad no resulta difícil establecer paralelos entre el tema tratado en “The Wind Rises” y el creador.
La película sigue al muy conocido ingeniero aeronáutico que sonaba con volar pero su pobre visión le impide convertirse en piloto. Decide convertirse en diseñador y crear magníficos aviones. Es una persona que sabe encontrar inspiración, hasta en las espinas de los peces porque todo en esta vida es fuente de inspiración.
Eventualmente Jiro se convierte en el primer ingeniero aeronáutico de Japón – ¿y cómo no tener éxito con la voz de Stanley Tucci que te habla en voz baja al oído para inspirarte? Stanley Tucci encarna una versión modificada de Giovanni Caproni, célebre ingeniero aeronáutico italiano que inspirará a Jiro para mantenerlo firme en su propósito. Las escenas de sueños en que Caproni visita Jiro son sin duda los momentos más esplendorosos del largometraje y Tucci nos brinda un acento italiano que transmite esperanza e inspiración con tanta convicción que luego usted también se entretendrá con el bricolaje. Gracias a las escenas de sueños “The Wind Rises” vuela por lo alto para mostrar como los dos inventores construyen maquinas voladoras extrañas, curiosas que planean por el cielo a pesar de que la física de nuestro planeta no lo permite. Aunque los mundos y las criaturas fantasiosas que conocimos en las otras obras de Miyazaki estén ausentes la magia sigue bien presente en “The Wind Rises”. Pero por encima de la emoción relacionada con la construcción de aviones el largometraje nos enseña lecciones difíciles y como Jiro se dará cuenta muy pronto, sus creaciones serán utilizadas para lanzar bombas que servirán como la carta de presentación de Japón al mundo occidental.
“The Wind Rises” también es un curso intensivo sobre el Japón del siglo 20 que muestra un país que aspira poder mostrar su talento al resto del mundo y nos brinda una pequeña ventana para ver las dificultades de crecimiento experimentadas. La película de animación crea imágenes de algunos acontecimientos entre ellos de la ciudad de Tokio luego de ser completamente destruida por el sismo de 1923 y los estragos que afectaron distintas partes del país. También se da una mirada a la crisis de tuberculosis, la depresión y los primeros pasos que condujeron a la relación con la Alemania nazi. Estos acontecimientos no le restan importancia a la historia de Jiro sirviendo más bien para ampliar el contexto de su viaje.
“The Wind Rises” es una oda a los sueños. Atina con los espíritus creativos que labran siempre para alcanzar sus objetivos al mantenerse atentos a ello y luego lanzan sus creaciones para que puedan ser experimentadas por el mundo. Se trata de una película que se coloca al lado de las demás obras de cinematografía magnifica de Miyazaki y que le pone elegantemente el punto final a una carrera asombrosa.