Si fuese necesario otorgar el premio de la alquimia cinematográfica este año, dicho premio le tocaría al director Bill Condon por haber sabido transformar la fastidiosa franquicia “Twilight” en una mina de oro. La primera parte, estrenada en el año 2011, podría compararse a una aventura horrífica que puso de cabezas al triángulo de amor sobrenatural entre Bella, Edward y Jacob. “Breaking Dawn - Part 2” continúa la exploración de un mundo insensato poblado por vampiros y hombres lobos explotando como nunca antes el aspecto cómico, las sensaciones fuertes y los momentos sinceros de los personajes. La película se aleja a veces de la historia para zambullirse en los meandros de la ruta ondulante que caracteriza la relación amorosa entre Edward y Bella (un obstáculo imputable al material de origen de la autora Stephenie Meyer) pero los momentos más fastidiosos han sido reemplazados por un ritmo hábil y una actitud traviesa jocosa de la película. “Breaking Dawn - Part 2” despierta muchas risas – y lo bueno es que es intencional.
Esta segunda parte retoma el hilo de la historia exactamente en el lugar quedó interrumpida al final de la primera parte: Bella (Kristen Stewart), ya transformada en vampiro por Edward (Robert Pattinson) para salvarle la vida luego del nacimiento dificultoso de Renesmée, la hija de ambos mitad humana y mitad vampiro. Al despertar Bella descubre que tiene habilidades sobrehumanas, una agilidad excepcional y una fuerza física fortalecida… y también un deseo por beber sangre. Un puma muerto más tarde Bella y los demás miembros del clan podrán resolver sus problemas más urgentes: Renesmée está creciendo rápidamente y los Volturi, quienes son los jefes supremos de los vampiros, creen que ella representa una verdadera amenaza para el secreto de los vampiros. A sabiendas que los Volturi viajarán a Forks en el estado de Washington para poner fin a la vida de la niña (ya tiene diez años luego de solo un mes de nacida), el clan Cullen forma un ejército agrupando sus amigos vampiros para poner fin a la opresión de una vez por todas.
Al incluir una cantidad exagerada de información sobre los orígenes y los aspectos mitológicos que dan un giro a la intriga (ciertos vampiros ahora pueden lanzar rayos) Bill Condon y la guionista de la franquicia Melissa Rosenberg se sienten tremendamente complacidos por la gran cantidad de actores que forman el elenco de “Breaking Dawn - Part 2” y gracias a una distribución tremendamente humorística nada parece ser una desviación innecesaria. Además del elenco usual tenemos también la participación de Lee Pace como un vampiro de música rock, Noel Fisher encarna al personaje extremadamente divertido ruso que forma parte de la directiva de brujos y Michael Sheen también está de vuelta para robarse el show en su papel de Aro, el jefe supremo de los Volturi. Extravagante, diabólico y armado con una cascada de risas maniacas Martin Sheen hace un trabajo extraordinario en transmitir la visión creada por Bill Condon para la película Twilight y con cada una aparición de sus apariciones en pantalla la pantalla brilla. Vemos varias naciones de vampiros que pudieran haber dejado fuera — las sectas egipcias y amazonas, demasiado estereotipadas sirven sobre todo para compensar la blancura extrema des los otros vampiros — pero los actores que participan le dan vida a una franquicia conocida por su carencia de alma. Hasta Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner dan lo mejor de si mismos — hay una escena verdaderamente conmovedora entre Bella y su papá Charlie (Billy Burke) y esta vez el héroes sobreprotector que encarna Jacob alcanza tocar a su objetivo.
Mientras que Breaking Dawn - Part 1 se concentraba sobre todo en la historia personal y se apoyaba en los momentos de intimidad de Bella y Edward cuando tomaron la gran decisión de lanzarse a casarse y tener relaciones intimas, la segunda parte va esbozando los sucesos a grandes rasgos. Rebuscar en la historia y mundo de los vampiros mas allá de la ciudad de Forks es una caja de Pandora para el director. Una de las escenas donde nos enteramos por qué los Volturi tanto temen a los niños toma las dimensiones de una epopeya, incluida la sangre que viene con ella. Recordaremos a Twilight por sus momentos de carácter sexual pero lo que más recordaremos de “Breaking Dawn - Part 2” será el gran número de decapitaciones. La gran escena deslumbrante del final vale realmente la pena de ver, tanto por el nivel artístico de los creadores del espectáculo y por la naturaleza extraña del mismo.