Pudiéramos presumir que Everybody Loves Whales, la nueva película de Ken Kwapis (“He’s Just Not That Into You”, “The Sisterhood of the Traveling Pants”) es una película que fue concebida para la televisión. Su fervor llega al corazón y el tema de interés social – la historia verdadera de tres ballenas atrapadas bajo el hielo cerca de las costas de Alaska en 1988 y los esfuerzos de rescate realizados para librarlas – ameritan sin duda el sello de aprobación de las cadenas de televisión familiares y el elenco cuenta con unas cuantas estrellas de la pantalla chica. Pero el estreno de esta película no será en la cadena Discovery o Lifetime sino en el cine; de hecho se estrena en varios miles de cines este fin de semana. Quizás sea este el milagro al cual hace referencia el título.
John Krasinski, que no se aleja mucho del personaje que interpreta en la serie televisiva “The Office” encarna a Adam Carlson, un periodista de Barrow, Alaska que sueña con hacerse conocer en un mercado más grande. Un joven de los alrededores (Ahmaogak Sweeney) llega con una historia que pudiera propulsar su carrera: la noche antes de su migración anual tres ballenas grises se encuentran atrapadas en el hielo del círculo Árctico. Incapables de avanzar los 7 kilómetros que las separan del mar sin que les falte el aire, las ballenas permanecen en una pequeña apertura en el hielo que será su única fuente de oxígeno. Pero no les queda mucho tiempo ya que este espacio al aire libre se va reduciendo con cada hora que pasa.
Poco tiempo después del primer reportaje de Adam el poblado de Barrow se ve inundado de periodistas que transforman la causa celebre de las ballenas en un espectáculo mediático. Una coalición inverosímil se forma para la liberación de Fred, Wilma y Bamm-Bamm, como serán llamados, juntando personajes tan distintos como una ecologista militante y testaruda (Drew Barrymore), un magnate petrolero (Ted Danson), una figura política de la Casa Blanca (Vinessa Shaw), una tribu de Alaska y la marina soviética.
“Everybody Loves Whales” fue concebida como una película inspiradora para toda la familia y por esta razón se incluyen varias escenas sentimentales pero también se añade un toque cínico algo extraño. Le será difícil encontrar a alguna persona que realmente le interese la causa de las ballenas – con la excepción del personaje de Drew Barrymore. El periodista interpretado por John Krasinski percibe la crisis como un medio perfecto para avanzar su carrera. El magnate petrolero encarnado por Ted Danson se anda buscando como mejorar la imagen pública de su empresa mientras que la mujer política encarnada por Vinessa Shaw aspira pulir la reputación de George H.W. Bush en el ámbito ecológico antes de su participación en la carrera por la presidencia. Incluso el acolito de John Krasinski, el joven esquimal, se gana un buen dinero con la venta de recuerdos que le compran los habitantes curiosos de los alrededores. Al final todo parece hacer reverencias a las virtudes de pensar solo en uno mismo, un poco como si se tratara de un guión escrito por Ayn Rand para la cadena Hallmark.
Al final cuando las ballenas logran escapar la cárcel glacial y alejarse de los humanos que llegaron para “rescatarlos” usted también tendrá ganas de escapar con las ballenas.